Tras el fin de la Guerra Civil española se impone un régimen totalitario dirigido por Francisco Franco Bahamonde, el cual es ampliamente conocido como franquismo (1939 – 1975). Este régimen militarizado se asentó sobre fundamentos tales como: exaltación del nacionalismo español, anticomunismo, antiliberalismo, sacralización del poder, y homogeneización de la sociedad. (Eiroa, 2012).
El franquismo no se mantuvo estático, sino que sufrió pequeñas variaciones a lo largo de los años, no obstante, sus principios se mantuvieron indemnes. Este régimen reemplazó al gobierno de la Segunda República, y los adeptos republicanos (llamados despectivamente «rojos») fueron reprimidos de forma violenta por su ideología considerada adversa a la nueva dirección.
En este contexto surge un afán de reeducación social y expurgo de todo aquello que se alejara mínimamente de la nueva imagen país. Es así como se constituyen parámetros que dictan los roles de género. «Este planteamiento conllevaba la defensa de una relación jerárquica entre los sexos, con un fuerte componente antifeminista en el que hombres y mujeres eran complementarios y desiguales; y en el que unos y otras estaban llamados por «naturaleza» y por «voluntad divina» a desarrollar diferentes funciones. Los hombres, como poseedores del talento creador, del poder y la fuerza, debían realizar sus funciones en el ámbito público-político, en tanto que las mujeres, caracterizadas por la sumisión, el sentimiento y la fragilidad, tenían en la maternidad y la domesticidad su espacio específico.» (Aguado y Verdugo, 2011, p.57). Pese a tener roles dispares, las mujeres no estaban exentas de ser reprimidas por sus acciones, pudiendo ser encarceladas e incluso fusiladas. Concretamente en Valencia funcionaron dos prisones, aquella provincial de mujeres, y la del Convento Santa Clara, esta última de origen espontáneo.
Por sus características, el Puerto de Sagunto, se convirtió en un referente histórico de resistencia obrera y femenina en contraposición al franquismo. Los trabajadores porteños, la mayoría operarios de la fábrica siderúrgica de Altos Hornos del Mediterráneo, se unieron desde temprano a la lucha sindical. Estas manifestaciones, que se prolongaron hasta el fin de la guerra civil, fueron repudiadas por la nueva administración la cual no demoró en contenerlas. «Para los habitantes del Puerto de Sagunto el final de la guerra significó el inicio de un período de represión, oscuridad y miedo. La localidad encarnaba para los vencedores todo lo que sus enemigos eran y representaba: la mayoría pertenecía a la clase trabajadora, tendía al ‘bolchevismo’ revolucionario y era atea.» (Hebenstreit, 2014).
La población del Puerto de Sagunto fue oprimida al mismo tiempo que no existía una vía política alternativa al sistema conservador, vertical y autoritario que representaba el gobierno de Franco; lo que derivó en la búsqueda de instancias culturales como el teatro, mediante las cuales se hacía un disimulado frente al régimen. (Herbenstreit, 2012)
En esta «pequeña Rusia» (apodo con que el franquismo se refería al Puerto de Sagunto), la mujer tuvo más libertad que en otras ciudades, ya que por sus particularidades existían establecimientos educativos dedicados exclusivamente a la educación en oficios relacionados con la siderurgia que no excluían al sexo femenino, al cual se le asignaba la instrucción de profesiones administrativas. (Herbenstreit, 2012)
Es gracias al paternalismo que Altos Hornos del Mediterráneo profesó desde sus inicios, que esta población disfrutó de ciertas garantías sociales (Quílez, 2012-2013), las cuales hubiesen escaseado si la economía no hubiese dependido del rubro metalúrgico. Por tanto, se creó un vínculo de dependencia que hizo imprescindible al Puerto de Sagunto, y le colocó en una situación privilegiada con respecto al resto de España.
De todo lo anterior se puede inferir que durante el franquismo las mujeres del Puerto de Sagunto tuvieron herramientas que les permitieron, de manera subyacente, hacer frente, y mantener parte de su autonomía, a pesar de la compleja situación del régimen.
REFERENCIAS Y MÁS INFORMACIÓN EN:
- Eiroa San Francisco, Matilde (2012). Palabra de Franco. Lenguaje político e ideología en los textos doctrinales. Coetánea: III Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo celebrado en la ciudad de Logroño. ISBN 978-84-695-5155-4, págs. 71-88. (Consultado el 13 de Diciembre de 2015). Recuperado de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4051664
- Mir Curcó, Conxita (2011). El estudio de la represión franquista . Una cuestión sin agotar. (Consultado el 14 de Diciembre de 2015). Recuperado de: https://www.ahistcon.org/PDF/numeros/ayer43_RepresionFranquismo_Mir.pdf
- Aguado, Ana M. y Verdugo Martí, Vicenta (2011). Las cárceles franquistas de mujeres en Valencia. Castigar, purificar y reeducar. Studia historica. Historia contemporánea, Nº 29, págs. 55-85. (Consultado el 15 de diciembre de 2015). Recuperado de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3821191
- Herbenstreit, Maria (2014). La oposición al franquismo en el Puerto de Sagunto (1958 -1977).» Valencia, Publicacions de la Universitat de Valencia.
- Herbenstreit, María (2012). Mujer, antifranquismo y nación. «Amas de casa, compañeras y militantes». Mujeres contra el franquismo en Puerto de Sagunto (1939 -1975). En La nación de los españoles: Discursos y prácticas del nacionalismo español en la época contemporánea. Editado por Ismael Saz y Ferran Archilés. Valencia, Universidad de Valencia.
- Quílez Pardo, Ana Mª (2012-2013). Paternalismo industrial y ciudad-fábrica. Saitabi, Revista de la Facultat de Geografia i Història, Universidad de Valencia, 62-63, pp. 241-255. (Consultado el 19 de diciembre de 2015). Recuperado de: http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/39415/241-255.pdf?sequence=1